Suavidad de prisma
Lucidas campanillas entre sus pechos,
Ese día solo su risa,
Conmovía el risueño y triangular greco.
Un beso , juventud , ternura
Placidos aromas entre rosas ,
Soles divagando en su cordura
Y dando el sazón a las nuevas costas.
Trinos crean su suave murmuro,
Risos dorados que se divisan
De los rallos del sol en los muros,
Todo conforme y sin nada de prisa.
E decidido cambiar mi mirada,
Sea abotagado de diamantes, calma
y diamantina escarchada,
Solo por no mirar al mundo, como miro a mi amada.
Sus pies titubean y se sonrojan a la hora,
Al escuchar mi gran sueño perfumado,
Duerme entre dioses y sabanas de coral,
Y sus suspiros arrullan hasta el hielo encumbrado
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